Esta leyenda figura en una lápida escrita en caracteres antiguos en la Plaza del Salvador, esquina a calle Villegas junto una cruz de gran tamaño, la Cruz de Polaineros. En la leyenda, en el siglo XV el rey don Juan II dicta que toda persona se arrodille al paso del Santísimo Sacramento aunque estuviese en el barro, al igual que si fuera moro mayor de catorce años. Como castigo perderían la cabalgadura o las vestiduras. Una vez entendida esta ley podemos narrar la leyenda que acontece al por qué, en el barrio de San Lorenzo, se llamó a una calle Hombre de Piedra, puesto que desde el siglo XIII al XV la calle se denominó Buen Rostro.
Dice la leyenda que en esta calle había una taberna, y al oír los rezos de la comitiva del Santísimo Sacramento que se acercaba camino de dar la extrema unción a un enfermo, los bebedores de la taberna salieron y se arrodillaron al paso de la comitiva. Entre estos cliente se encontraba Mateo "el Rubio", que en alarde de incredulidad y mostrándose como el mas valiente y matón de la zona, trató demostrar a los otros que se arrodillaban como mujeres y pregonó que él no se arrodillaba.
...Y allí permaneció para siempre convertido en piedra y hundido hasta la rodilla en el suelo debido a un rayo que le cayó. Quedó petrificado por pecador blasfemo que se atrevió desafiar a Dios. Debido a este escarmiento desde el siglo XV la calle se llamó Hombre de Piedra, donde aún existe la estatua ya desfigurada por el tiempo.
Aclaración arqueológica: Actualmente la verdadera interpretación es que existía una estatua romana, que los árabes mantuvieron señalando unos baños públicos y que ha resistido hasta nuestros días.
lunes, 15 de junio de 2009
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